El inicio oficial de la campaña para las elecciones municipales del 18 de febrero de 2024, marcado por la proclama de la Junta Central Electoral (JCE), representa un paso significativo respaldado por la nueva Ley de Régimen Electoral 20-23. Este marco ético establece directrices importantes para la conducta de los candidatos y subraya la necesidad de adherirse a los topes de gastos.

La JCE hace un llamado a los candidatos, instándolos a llevar a cabo sus actividades dentro de los parámetros éticos de la campaña electoral. La presentación de planes de gobierno por parte de los candidatos a alcaldías en un plazo de 10 días desde la emisión de la proclama refleja un compromiso con la transparencia y la información accesible para los votantes.

La separación de los niveles de elección especifica al igual que las elecciones municipales del 2020, que los votos de los distritos municipales no se le sumará al municipio. Esto contribuirá a una representación más precisa de las preferencias de los ciudadanos.

Con 8,105,151 electores llamados a votar en 16,850 colegios electorales en todo el país, se espera una participación activa en la selección de alcaldes, vicealcaldes, regidores, suplentes de cabildos, directores, subdirectores y vocales de los distritos municipales. La diversidad de 34 partidos y ocho movimientos también refleja la pluralidad de la democracia.

El compromiso del presidente de la JCE, Román Jáquez Liranzo, de que las elecciones de 2024 serán «justas, libres y seguras» es esencial para fortalecer la confianza en el proceso electoral. El despliegue de más de 55 mil miembros de la policía militar para garantizar la seguridad y la capacitación en curso del personal de seguridad subrayan el enfoque integral para asegurar que el proceso eleccionario transcurra con tranquilidad y transparencia.

En resumen, este enfoque ético y humano de la campaña electoral, respaldado por medidas concretas para garantizar la seguridad y transparencia, crea un marco sólido para unas elecciones municipales que buscan ser un reflejo genuino de la voluntad popular.